La excursión fue un día de convivencia muy agradable para todos. Viaje cómodo y cercano, además de atractivo y enriquecedor, que nos sirvió para recordar y adquirir nuevos conocimientos sobre nuestra tierra y la raya, tan ligada a Extremadura.
Cambiamos el orden por exigirlo la visita guiada. Así que primero estuvimos en Valencia de Alcántara, comenzando por la Iglesias de la Encarnación, junto al Ayuntamiento.
También contemplamos la bella iglesia de Rocamador del Siglo XVI, declarada monumento histórico-artístico nacional, que cuenta con un retablo barroco de Churriguera y una tabla de Luis de Morales. Esta iglesia se ha construido sobre otra románica, donde tuvo lugar la boda de una de las hijas de los Reyes Católicos con el rey Manuel de Portugal, a la que asistio la reina.
Nos impresionó el barrio judio-gótico muy extenso con gran numero de casas de distintas dimensiones, según la riqueza del dueño; muchas de ellas con portales ojivales y algunas con blasones en piedra, lugar que conserva también la sinagoga. Este barrio ha sido declarado conjunto histórico-artístico. Estuvimos en el Centro de Interpretación y el museo municipal, terminando nuestra visita en la hermosa Plaza de Gregorio Bravo, con una bella fuente de marmol de Carrrara, procedente de restos romanos. Alli y a la sombra de unos frondosos tilos descansamos para continuar viaje hacia Portugal.
Barrio judeo-gótico
Primero estuvimos en la Freguesía de Santo Antonio das Areias, donde tomamos una comida típica de la región del Alentejo. Posteriormente iniciamos el camino para visitar Marvao. Esta villa portuguesa se encuentra a mas de 800 metros de altitud, fundada, parece ser por los árabes y su denominación deriva de Marwan, nombre del lider de un movimiento separatista contrario al emir de Córdoba en el Siglo IX. A la entrada se erige una muralla defensiva con baluartes, matacanes y garitas. Pasada la puerta de entrada, aparece un pueblo de construcciones blancas, con ventanas manuelinas, balcones de hierro forjado y chimeneas alentejanas en calles empedradas y tortuosas, que conducen a la fortaleza, ubicada en lo más altos del lugar. En este trayecto nos encontramos con la Iglesia de Santa María y que actualmente se instala en ella el Museo Municipal.
El castillo, rodeado de murallas, es uno de los emplazamientos defensivos más importantes al Sur del Tajo, para protegerse de los ataques Castellanos. La zona Este que mira a España tiene hasta tres recintos que frenaban los ataques enemigos. Cuenta con una torre del homenaje que sufrió daños durante el terremoto de Lisboa y en el interior aparece una cisterna para el abastecimiento de agua. Este Castillo ha sido declarado monumento nacional.
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